viernes, 8 de abril de 2011
Delfin del Ganges
Algunos delfines están acostumbrados a remontar el curso de los ríos y permanecer temporadas largas, o incluso definitivamente, en agua dulce. Este es el caso del delfín del Ganges, que presenta la particularidad de ser ciego de nacimiento. Esta tara no parece molestarle en absoluto, ni para desplazarse, ni para encontrar en el agua o en el fondo del río los moluscos y crustáceos que componen su régimen habitual. Se cree que posee, en compensación a la falta de órganos visuales y a la mediocridad de su olfato (carácter común a todos los cetáceos), un sentido del tacto particularmente desarrollado que se localiza en la punta de su morro. Cada dos minutos –más o menos-, el delfín del Ganges sale a la superficie para respirar; al hacerlo, emite un curioso ruido que le ha valido, por onomatopeya, el sobrenombre de “susu”.
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